Jul 24 2013
La playa de la Fosa, la más completa. Escenario de un incidente histórico.
La playa de La Fosa tiene una longitud aproximada de un kilómetro. Va desde los pies del Peñón de Ifach por su lado norte hasta la punta de la Calalga, formando una media luna de gran anchura.
Desde Hotel Porto Calpe se accede caminando unos cinco minutos, saliendo hacia la izquierda y atravesando la estrecha franja de terreno que une al Peñón de Ifach con la zona de playas.

Acceso desde Hotel Porto Calpe
La arena es blanca, suelta y se mantiene con un nivel excelente de cuidado y limpieza.
En este año 2013, igual que en otros anteriores, la playa de La Fosa ha conseguido los siguientes premios:
– Bandera Azul
– Qualitur
– Q de Calidad Turística.
La playa está orientada hacia el sol naciente por lo que es muy aconsejable, algún día, disfrutar la vista al amanecer. El sol se levanta lentamente desde el mar, generando una imagen de las que se graban en la retina. Es una de las imágenes típicas del Mediterráneo, mar que mira al sol desde el primer instante de cada día.
La playa de la Fosa no defrauda a nadie. A los que buscan arena blanca y limpia para tomar el sol, a los que quieren un baño en aguas transparentes, a los que quieren divertirse. La superficie de agua con una profundidad inferior a 1,50/1,70 metros es enorme. A veces, cuando el mar está en calma, parece una piscina natural gigante.
- Playa de La Fosa vista desde el principio del paseo marítimo que comienza en el Peñón de Ifach
La cantidad de servicios para los bañistas es impresionante. Paseo marítimo ancho, bastante espacio para aparcamiento gratuito, accesos súper fáciles, pasarelas de madera, alquiler de hamacas, toldos, patines, etc., enormes juegos para niños instalados dentro y fuera del agua, bien acotados y separados. Zona para minusválidos especialmente bien dotada de sombra, lugares de descanso y equipo humano y material especializado. Además bares, heladerías, restaurantes, chiringuitos, pubs, tiendas de ropa, calzado, bisutería, etc., etc., etc.
Sin olvidar a los aficionados al buceo y snorkeling, que lo pueden disfrutar mucho en ambos extremos de la playa. Al pie del Peñón y, sobre todo, en el espacio que va hasta la siguiente Playa (La Calalga), con unos 300 metros de rocas bastante planas, sobre las que es fácil caminar con unas sandalias cangrejeras, y con unas profundidades de entre dos y cuatro metros de agua azul transparente. De agua mediterránea.

Playa de la Fosa (a la derecha) vista desde la cumbre del Peñón de Ifach.
La bonita forma de la playa de La Fosa se aprecia especialmente cuando se sube a una pequeña altura que hay al inicio del camino que va al Peñón de Ifach. Allí, hay una zona de terreno llano, junto al Aula de la Naturaleza del Parque Natural del Peñón de Ifach, donde el año 1282 el rey Pedro III de Aragón ordenó la construcción de una población fortificada. En el año 1298 el almirante Roger de Lauria solicitó el permiso para su construcción, que se llevó a cabo en los años siguientes.

Trabajos de arqueología en la Pobla de Ifach.
La vida de esta pequeña población fue muy breve. El año 1359 la flota del rey Pedro I de Castilla, en uno de los incidentes de la llamada Guerra de los dos Pedros, arrasó esta pequeña villa a cañonazos disparados desde sus barcos situados en las aguas de nuestra querida Playa de la Fosa. Considerando el poco calado de las embarcaciones de la época, seguro que nos hemos bañado alguna vez en el mismo lugar donde estuvieron aquellos barcos.
Fue un incidente lamentable por muchos aspectos. En primer lugar es probable que murieran personas. Se destruyó la incipiente ciudad, con sus viviendas y muchos enseres de sus habitantes, que tuvieron que huir de allí precipitadamente. Esa ciudad ya no volvió a existir nunca más en aquel lugar, a pesar de varios intentos posteriores, por miedo a los peligros que podían llegar por el mar, como ejércitos enemigos, piratería, etc.
¿Por qué se produjo ese ataque? ¿Tanta importancia estratégica tenía Calpe en aquella época? Muy probablemente no. El motivo de aquel ataque, como relata el historiador Francesc-Joan Monjo podría haber sido llamar la atención de la flota del reino de Aragón, que estaba en aquellos momentos protegida en el cercano puerto de Denia. Pudo ser un intento para hacerla salir y atacarla en mar abierto, cosa que no ocurrió.
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